

Conversamos con Marcela Cuadrado, presidenta de la Sociedad Uruguaya de Medicina Familiar y Comunitaria acerca del polémico intento de derogación de la Ley Integral para Personas Trans.
¿En primer lugar muchas gracias por concedernos la entrevista. Podrías comentarnos un poco a grandes rasgos en qué consistirá la propuesta que se quiere aprobar en referéndum?
Muchas gracias, es un placer. Pues bien, se quiere derogar una ley que ya fue aprobada el 16 octubre pasado y se reglamentó el 29 de abril de este año en Consejo de Ministros. Los artículos protegen a la población trans ante cualquier tipo de discriminación y reconocen sus derechos. La ley que tenemos en Uruguay en este momento es, sin duda, de las más avanzadas que hay en Latinoamérica, y no se entiende cómo algunos políticos por intereses absolutamente irresponsables quieren derogarla y han empezado una campaña de intoxicación informativa moralmente muy reprobable.
¿A qué clase de intereses te refieres?
Pienso que es una cuestión de ideología, pero creo que va en contra de la ética más elemental. En Uruguay la población trans es atendida por los médicos y las médicas de familia en el primer nivel asistencial y somos nosotros quienes tenemos que enfrentarnos a peticiones de hormonización o quienes tenemos que hacer un seguimiento de su salud. Estos días antes del referéndum se están diciendo muchas mentidas con el objetivo de confundir.
Desde el punto de vista de la Medicina Familiar y de Comunidad ¿Por qué es tan importante que no se derogue esta ley?
¿Qué papel debe jugar la especialidad en este campo?
¿Qué reconocimiento internacional habéis logrado desde Uruguay en relación con esta normativa?
Pensamos que hemos logrado mucho apoyo e incluso admiración de otros colegas de la región. Con esta ley, hubo mucha ganancia; se pudo incorporar el término «identidad de genero» como variable en los sistemas estadísticos. Se pudo adecuar el nombre y sexo en el documento de identidad, siendo un trámite judicial; el sistema educativo en todos sus niveles inclusivo para personas trans, contando con becas y apoyos estudiantiles; en tema cultura se diseñarán políticas para la inclusión y acceso; con respecto al trabajo, será necesario cumplir con el 1% de los cupos laborales para personas trans en llamados concursables públicos de Uruguay. Está contemplada la vivienda, pues serán incluidas en programas y políticas para obtenerlas. Con respecto a la formación para empleos, tendrán el 1% de cupos, En ese sentido, también se tiene en cuenta la reparación de injurias por parte del Estado tras muchos años de discriminación, otorgando una pensión a Uruguayos en quienes esté justificado. Es habitual que la población trans a los 12 o 13 años haya sido expulsada por sus familiares y se vaya de casa. Muchas de estas personas acaban metidos en la prostitución y no consiguen una formación suficiente para trabajar luego. La Ley actual es un primer paso para evitar que esto ocurra.
Si, tras el referéndum, se deroga la Ley, ¿cambiaréis vuestra forma de actuar?
Éticamente no podemos. No va a haber ningún cambio por parte de los médicos y médicas de familia, sería ir contra nuestros propios principios. Pero no tendríamos la cobertura legal que tenemos ahora.
¿Qué podría evitar que la gente apoyase la derogación de la ley?
Simplemente la verdad. Los medios de comunicación tiene que ser honestos y saber el papel que están jugando. Hay que decir la verdad, no se puede engañar a la gente. El otro día hablé con una señora que me decía que los niños podían cambiar de sexo a cualquier edad sin conocimiento de los padres. Es totalmente falso, hay que prevenir la manipulación, y los médicos de familia tenemos un rol muy importante.
¿Cómo ves el papel de Uruguay respecto a la Atención Primaria y la igualdad de género?
Estamos en transición. En muchos aspectos, como país vamos avanzando. Hace 5 años aprobamos nuestra primera ley de matrimonio igualitario y también hemos aprobado muchas leyes en favor de la igualdad de género. Pienso que hay una gran diferencia generacional. Los jóvenes entorno a les 25 años son más abiertos y más tolerantes. La Medicina de Familia y de Comunidad ha ayudado a abrir la sociedad de Uruguay.
¿Qué actividades prevéis organizar en la VIII Cumbre Iberoamericana que se celebrará en Puerto Rico el próximo mes de abril 2020?
Vamos a aportar talleres y ponencias entorno al eje de diversidad sexual, que es uno de los principales ejes del congreso de Puerto Rico. Más allá de eso, estamos preparando consultas virtuales para pacientes trans.
¿Cómo funciona una entrevista clínica con una persona trans?
Aquí en Uruguay tenemos 20 minutos por paciente, por lo que podemos dedicarnos a hacer un buen acompañamiento y a conocer a fondo la realidad y contexto del paciente. Tenemos que abrir nuestros corazones y mentes, hay que aceptar que la gente es feliz de formas muy diferentes, puede que con una pareja del mismo sexo o heterosexual, y que hay muchas maneras de amar. Como médicos de familia tenemos que adaptarnos a las circunstancias de la vida de nuestros pacientes y acompañar, y celebrar la diversidad.
¿Cómo podemos acercar la Medicina de Familia a la población?
Aceptando nuestra comunidad tal como es. Aceptar los cambios, tenemos que entender que es la comunidad la que lidera y nosotros debemos adaptarnos y crecer junto a nuestros pacientes.
Muchas gracias por la entrevista y muchas suerte ante los resultados de la votación.
Esperemos que todo salga bien. ¡Un saludo!
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Marcela Cuadrado
Presidenta de la Sociedad Uruguaya de Medicina familiar y Comunitaria